viernes, 9 de mayo de 2014

Intento de nota 1

Quedarse inmóvil frente a una pantalla inerte, mirando hacia abajo, y saturado de pensamientos, es uno de los estados que aumenta el odio a sí mismo. No poder separar los canales de la mente, por la ansiedad que se siente al encontrarse en una situación aberrante, llena de la mismísima nada, también ayuda a ese odio. Nada tira de un lado o del otro, estática pura. Usar en este momento una parte del cerebro para transmitir, es simplemente suerte.
Así como me parece erróneo forzar una inspiración, inhibirla también. Muchas veces uno se ve obligado a guardarse sus momentos cúlmines de creatividad, por razones varias, y lo que se logra es perder poco a poco su habilidad de crear, dando por sentado que el lapso de espera entre dos momentos de inspiración será más extenso.

Cambiando de tema, se nota mucho la diferencia en cinco años. Por lo menos de esta época, ningún mecanismo mental funciona igual que antes. Hay cosas que avanzaron y otras que retrocedieron, y cosas que directamente son distintas. También se agregaron y eliminaron varios aspectos, dentro de lo relativo: buenos y malos. En fin, todos esos procesos no dejan de producir sorpresas ínfimas cuando se los piensa.
Necesitaría inventar, contar la nada no sirve mucho, describirla tampoco. Pero al menos así se puede mentir, que sirve para poder seguir adelante sin tener que empezar. Y me refiero, a empezar algo nuevo de cero otra vez.

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