martes, 19 de noviembre de 2019

Hábitat de paz

Si hubiera que elegir un momento,
Si hubiera que conservar una marca;
No es complicado quedarse con el aire que dejan pasar las alas.

A medida que acelera al querer romper cierta barrera,
A medida que su rugido estremece a la feroz frecuencia;
Me quedo mil y diez mil veces con esta plena experiencia.

Para algunos más incómodo,
Para otros como en casa;
Todos comparten la misma sensación: convertirse en águila.


En la tierra se siente la fuerza y en el cielo la calma,
No dudes en buscarme siempre que te duela el alma.

jueves, 7 de noviembre de 2019

IWTD2

Que curioso que por estas fechas siempre haya finales y dolor. ¿Será que entre octubre y noviembre termina "algo" que lo define otro plano? Los hechos son contundentes, la historia demuestra, no sólo repetición, sino vehemencia en lo que sucede y cada uno de los eventos que pasaron con sus respectivas consecuencias. Son 10 años. Una década. No suena para nada alentador.
Todo lo que comenzó, terminó peor. Cada nuevo comienzo fue siempre un poco más doloroso. El proceso de reestructuración para cada fin tuvo incrementos en la dificultad y en la inestabilidad. Si bien el presente es resultado de un pasado, estos pasados contiguos se generaron con pisos bajos, estándares de nula cálida, donde era más fácil fracasar que prosperar. Esto creó un caos repetitivo, el cual impulsa una manifestación trunca y deseos de que se termine todo de una vez.
Lo grave de este presente es no haber tenido en cuenta los tiempos de estos pasados para no estar ahora volviendo a vivir los mismos acontecimientos en un similar espacio - tiempo. Enfocarse en un presente sin noción de los pasados es el principal error, demasiado caro de por sí. Tiempo. Tiempo que no se recupera. Sufrimiento que deja marcas irreparables. Todas estas cuestiones existen hoy día gracias a la negligencia de repetir la historia.

Ayer y hoy, destinado a perder. Mañana... Tal vez sea el momento de hacer algo distinto para un resultado diferente. O quizás es hora de aceptar el destino y abrazarla.

jueves, 17 de octubre de 2019

¿24, 27?

Hace muchos años, sin darme cuenta, empecé a escribir mi propio destino. Si bien siempre me interesó leer cosas interesantes, me gustaba más tratar con números en vez de letras. Tal vez por la limitación y exactitud que me inspiraba realizar cálculos; y lo abrumadora que podía llegar a ser la idea de transcribir pensamientos en palabras y gestionar así una historia, me parecía una mejor opción continuar en un ambiente más lógico y preciso que en uno rozando lo artístico. No obstante, perdí el rumbo cuando dejé de obtener la mínima cuota de lectura y escritura que aparentemente estaba acostumbrado. Fue en ese momento donde empezó a nacer una especie de generación de anti-literatura.

El principal ayudante de que esto comenzara fue la personalización de la tecnología. Veía al papel como algo aburrido, sin motivación a la hora e transcribir propias ideas o pensamientos más que las tareas por obligación de la escuela. Primero fue una pc nueva, la cual tenía acceso a Internet y mayor privacidad a la hora del uso. Pasar horas leyendo y observando distintos tipos de contenidos en esa cápsula que me transportaba hacia cualquier parte del mundo me enseñó lo que estaba por venir. Luego, vino un celular que me acompañó en mis subidas y bajadas, en el cuál empezaron a aparecer microcontenidos sin la mera planificación de los mismos. El destino empezó a escribirse.

En ese entonces, no tan diferente del hoy en cuanto a la síntesis, estos contenidos eran breves pero contundentes en su mensaje. Eran pura energía adolescente. Lo primero que se me venía a la mente lo traducía en palabras. Usaba mensajes de borrador como pequeñas notas para dejarlas pendientes y poder leerlas en el momento que quisiera. Este comportamiento fue gestando la incursión en notas pero esta vez en la pc.

Estos archivos más extensos que un par de oraciones ya poseían en la raíz un tinte mucho más oscuro. Supongo que, junto con el crecimiento del ser, el tiempo fue formando tanto al autor como a sus obras. Hacer estas cosas eran sinónimo de liberación, de pasar a la pantalla lo que de verdad sentía y me acomplejaba. Era lo que sin esfuerzo podía lograr, ya que sí encontraba desgastador transmitir estas cosas hablándole a alguien. Este fue el punto de inflexión donde el destino tomaba forma.

Los tópicos eran variados. Entre ellos, se encontraban historias inconclusas, reflexiones sobre la vida, las dudas sobre la existencia, la petición de ayuda, la repetida mención a la muerte y los comienzos de los disgustos y las constantes decepciones que empezaba a vivir. Volver a releer estos materiales sólo me dejan en claro que esas problemáticas de aquellos tiempos son las mismas que tengo ahora y, en realidad, nunca dejé de tener. Los períodos cortos donde no se presentan estas cuestiones demuestran que la que supremacía de estos momentos negativos son precisamente el mismísimo destino. ¿Puede un simple humano torcer su destino?



La respuesta es fácil. Quizá la última pregunta sería: ¿vale la pena?

lunes, 23 de septiembre de 2019

El€Ne

Fuiste una invención sin precedente. Una lotería, como todo lo que sucede cuando no se decide ni se toman decisiones debido al momento de aquella vida. En aislamiento, debido al nulo conocimiento de tus pares, todos nuevos de por sí. Y no sólo eso, sino también el lugar físico en sí. Una fiesta que quedaba holgada para tu comienzo aquí.
La búsqueda de maneras y formas fue trabajo duro. No se puede mentir, las diferencias existían y sí que resaltaba (y no sólo la superficie). Una vez comenzada la conexión, parecía como si se hubiera caminado sobre una montaña de agua dulce. Lo que marcó también fue aquel libro, un punto de inflexión entre conectar lo exterior con lo interior. Los engranajes se terminaron de construir y estaban a punto de comenzar a funcionar. Que fácil, ¿no? Pues, nunca funcionó.
Espacios en blanco empezaron a llenar los olvidos temporales. Los días eran semanas y después meses con años. Tiempo, lo nunca recuperable. Sin ir más lejos, los vacíos endurecían poco a poco ese sistema creado. Los deseos se fueron convirtiendo fácilmente en reproches y se repartían diametralmente, según lo que se recibiera de estímulo. Se podía cambiar de polos con una rapidez que ya afectaba al ser. ¿Importaba? Claro que no.
Vueltas de plaza y noches de luna coincidieron mas no arrancaba. El chispazo eterno jamás llegaba y esperar era la rutina aprehendida. El motivo y la guarda no producían valor, las esperanzas se convertían en cólera y la agonía se avecinaba. Sin embargo, los brazos no se terminaban de cruzar y esa pequeña luz de stand by mantenía viva la oportunidad del siglo. ¿Podría cambiar para mejorar? .

Sentado y sin ánimo, leyendo el diario de ayer, haciendo el intento de traducir sus indicaciones. Una vela encendida, un saco de medio tiempo y una pipa de ocasión. ¿Iremos por el camino de la muerte o del amor?

Torneido

En este último tiempo, se acontecieron varios sucesos tan drásticos como diferentes entre sí. Lo importante a destacar es: la falta de información que se obtiene de cada uno de ellos y con qué facilidad se pudieron realizar conjeturas vagas. Sabiendo todo esto y, aún así, teniendo a las fuentes como rehenes, ¿por qué se terminó de buscar la verdad y se declaró una mentira parcial? La respuesta los sorprenderá.

Infierno. Tremendas cantidades de veneno. Suero, polvo, incienso. Vómito, moco, estruendos. Gárgaras de fuego impregnadas de moho como imagen de fondo. Ninguna oportunidad valió más la pena que venir para acá. La última palabra: pronto.

Yace sobre la alfombra un puñal roto, utilizado para cazar. Tiene la misma frase que una vez leí. Sin querer lo supimos, terminamos de recibir el mensaje. ¿Me puedo ir?

Caras con vendas ven más que mil soles. Mil soles son más que suficientes para describir la realidad. Están ahí, a simple vista. Son ellos, los mismos de siempre. Son ellos, busquen. Ellos, allá, busquen. Traten de ver sin mirar. Encuentren sin tocar. ¿Tan difícil puede ser vislumbrar la navidad?

What's wrong with you? Well, yeah... I know. But it's okay, don't worry. Don't be afraid of it. Try to do it, but do it right, okay?
Destroy all of it. Wreck it. Make it look like a real piece of shit and then just put it on the thrash bin. Just let me know when you finish it and I'll receive it. There's no other way to deal with it, living is not an option. Otherwise, killing is a better choice.

Stop doing impulsive things and think your moves first.

No se pueden borrar las acciones pero sí se puede accionar por encima de ellas.