Escribir preguntas te permite responder tu propio texto. Y por responder, automáticamente, deriva el crear un texto. Uno donde no existan límites para el lector más que su propia imaginación. A raíz de esto es que no se escriben preguntas, sino oraciones que dirigen y moldean la visión del lector para que lo que pueda llegar a imaginar esté dentro de los parámetros deseados y pensados exclusivamente por el autor. Y si no fuera poco, todo confluye en una clara transmisión de un mensaje con un objetivo por cumplir: formar una sola manera de ver las cosas.
¿Es muy descabellada la idea de un texto lleno de preguntas? ¿Es posible relatar, narrar hechos, haciendo preguntas? ¿A qué autor le parecería justo que sus lectores sean los encargados de crearse sus propias historias? ¿Hacer preguntas no es una forma de buscar permanentemente librarse de ataduras impuestas adrede o por inercia?
La certeza también se puede generar con una pregunta. Requiere mayor esfuerzo y menor egoísmo, cosas difíciles de conseguir en cualquier parte. Pero para el bien del lector, la mayoría de las respuestas no tienen que salir del autor sino de la propia gestación a partir de las preguntas que lee. La mejor forma de compartir conocimiento es intentar que el otro lo descubra por sí mismo.
viernes, 28 de octubre de 2016
Viernes de culpa
jueves, 20 de octubre de 2016
Reconocimiento
Y, hablando sobre esta historia, es momento de reconocer lo siguiente. No hay un ser humano amable, confiable, que tenga buenas acciones para su entorno. Lo que hay en verdad es la constante destrucción de todo lo que se le rodee en ese instante. Un despliegue de dolor a causa del egoísmo y del desinterés que alimentan esta actividad. Es un mal diferente para cada distinta persona con su distinguida etiqueta.
Es duro pero es así. No aparecen buenas intenciones si no corresponden a beneficios directos. Desaparecen los contactos por conflictos personales. Todo gira y responde a los menesteres individuales. Nadie se salvó hasta ahora, esta alarma es un aviso de rescate que sólo será efectiva si empiezan a escucharla.
El plato roto ya no va a ser el mismo aunque se junten todas las piezas. Simplemente se acabó la matanza.
Viejo y actual
"No+
Quisiera saber por qué no puedo decir lo que quiero cuando quiero, no entiendo. Ojalá algún día alguien me pueda ayudar, así podría vivir más, así al menos podría expresarme, sino es horrible. Obvio que yo intento decir las cosas pero es como si me bloqueara, en el sentido de que no me deja hablar, me quedo paralizado. Para qué seguir si ya nada importa, ¿no? Me voy, ¿a dónde? No sé, pero lejos y sin rumbo, así no tengo que dar respuestas ni hablarle a nadie. En fin, me voy, sí, otra vez, pero para siempre".
Pasa el tiempo, pasan las personas, pasan las situaciones, pero lo único que no pasa es ese manifiesto que existe hace más de 6 años: cada palabra sigue en pie. Inventé una historia y la compré. Compré el personaje y ahora no se puede revertir por más que lo intente. Hay un destino creado que pareciera no evitarse y ya no depende de su creador ni de su adquisidor, que son la misma persona.
domingo, 16 de octubre de 2016
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Una vez que uno hace las cosas bien, que habla, que demuestra, que apuesta todo al 11, parece que la ruleta no quiere girar. ¿Tanta suerte iba a tener? Ojo, no vaya a ser cosa que haga mal un poquito de dicha a favor. No es que haya pretensiones de algo arriba de la nada misma, pero no estaría nada mal un poco de coordinación, de que se muevan los engranajes. ¡Qué bronca!
Es entendible y a la vez no. Ni siquiera existe la motivación de generar una explicación acerca del tópico. Es todo crudo, animal, salvaje, y no hay ganas de codificarlo en español. Lo único que se puede mantener es la realidad del móvil: perder figura en el ADN.